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DESORDEN))Denuncia que en el Boulevard de La Romana se oye, se ve y se dice de todo


Por Julio Perelló/OPINIÓN ITINERANTE/

LA ROMANA, República Dominicana.-Estamos convencidos que el deseo principal para la ejecución del Boulevard en la parte alta de nuestra ciudad por parte del síndico José Reyes y los señores regidores, era brindar un aspecto de cambio en las entradas y salidas de nuestra comunidad, brindar calidad de vida, diversión sana a los romanenses y visitantes.


Pero, dada a la podredumbre mental de un segmento de la población, el boulevard, desde su primer picazo, se hundió en el lodo de la perversión que buscan frenar ahora, cuando, desde un principio no supieron unir voluntades en el marco de la aplicación de leyes y normas.


Ahora, con la aplicación de argumentos legales, se pretende mandar un mensaje de que todo va a cambiar. Estamos de acuerdo con ello, aunque nos incluímos en el número de incrédulos que se pregunta ¿por cuánto tiempo?.

¿Por cuánto tiempo durará la tranquilidad de los residentes en los alrededores del BOULEVARD, mientras los lupanares estén cerrados?.
¿Cuál será el aspecto legal que encontrarán los abogados de los dueños de esos establecimientos del mal y torcerle el brazo a la Secretaria de Estado de Medio Ambiente, por lo menos la representación romanense?.

¿Cuál será el padrino que moverá los resortes del tráfico de influencias y darle un jalón de orejas al mediano funcionario que tuvo la osadía de actuar en apego a las leyes y más aún poniendo los oídos en la almohada del clamor mayoritario de las personas que aspiramos a vivir en paz?.


En el BOULEVARD se perdió la esencia y hasta la propia decencia. Se perdió su origen y darle cabida a los orígenes de la perversidad, de la delincuencia en sus peores manifestaciones. Y lo peor es que nuestras autoridades están consciente de ello.


En el BOULEVARD se oye de todo, se ve de todo y se hace de todo. Y nuestras autoridades están sordas para escuchar el clamor de las constantes quejas. Ciegas, para así mantener en amplitud los níveles de la impunidad ante los agresores de las leyes, normas, moral y buenas costumbres. Y de brazos cruzados para no mover un dedo que pueda señalar el don de mando, ante la imposición de la ley.

De esto, sin lugar a dudas, se seguirá hablando, pues obviamente tendremos un bulevar que nos marcará la ruta en un antes y después de todo cuanto se hizo y se hará. Porque al fin y al cabo tenemos un BOULEVARD QUE POR AHÍ MARÍA SE VÁ.
(Nota: foto tomada de panoramio.com)
franklincorderop@hotmail.es

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