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CRÍTICAS))Perelló cree que hay comunicadores que "viven" de los telemaratones en La Romana; pide a dueños de canales suspender esa práctica


QUE PAREN LOS TELEMARATONES...

Por Julio Perelló/OPINIÓN ITINERANTE/
LA ROMANA, República Dominicana.-Desde que personas ligadas a las buenas intenciones efectuaron a través de la televisión local algunos telemaratones para lograr objetivos primarios en torno a situaciones que se presentaron y que la única manera de solucionar el problema era hacerlo así, algunos vivos han institucionalizado la realización de este tipo de evento con fines pecuniarios y de solución a problemas personales.


Nuestro pueblo es bueno, independientemente del criterio que usted en algún momento determinado pueda expresar, es capaz de volcarse de manera masiva en aspectos de solidaridad, donde quiera que se le convoque.


Pero desafortunadamente estos rasgos de condiciones humanitarias han sido aprovechados de manera vil por vividores capaces de inventar todo a los fines de realizar sus macabras intenciones, mayormente el robo de los esfuerzos de los demás.


Los romanenses han colaborado con millones de pesos en aras de solventar cualquier problematica, pero los convocantes a telemaratones se han quedado con muchos miles de pesos en sus bolsillos y han hecho de estos eventos su modus vivendi, sin que hasta ahora la propia sociedad y de modo particular pueda encaminar acciones a los fines de contrarrestar este fenomeno delincuencial.
En los llamados telemaratones impera una cadena, como forma de establecer el mecanismo del robo, para que nadie pueda alegar ignorancia y pueda reclamar en corto o mediano plazo. Se busca el objetivo para hacer el telemaratón.


Normalmente es una causa de enfermedad, particulrmente maligna, que después de haberlo hecho y el afectado recibe atenciones mínimas, entonces se produce el desenlace que lleva a la muerte. Los parientes se ponen de acuerdo y aceptan que de lo recaudado el productor se quede con un 10 por ciento y muchas veces hasta la mitad.


A ello se agregan los que van a buscar el dinero a las casas y los establecimientos comerciales, que normalmente son parte del equipo de producción. Pongamos el ejemplo de las ambulancias que se compraron a nombre del pueblo. A sabiendas de que el objetivo era bueno, muchos miembros de la comunicacion social de esta ciudad nos volcamos en participar en los telemaratones, brindamos nuestro esfuerzo, llamamos nuestras personas,
pedimos apoyo en todo el sentido de esa palabra.
Se recaudó una suma millonaria. La generosidad del pueblo se puso de manifiesto, pero "la sal valió más que el chivo". El costo de las ambulancias se colocó a más de lo que realmente vale un vehículo de esa naturaleza en el mercado dominicano.


Lo que se pagó sólo lo sabe el productor y propietario del programa donde se realizaron los eventos televisivos. Hoy, las ambulancias nadie sabe dónde están y por qué no están dando el servicio al pueblo, como legítimos propietarios.


Entonces, ahora tenemos el caso de una camioneta que se adquirió con dinero del pueblo para ser donada al cuartel de la Policia Nacional en el municipio de Villa Hermosa, donde una vez más el pueblo colaboró de manera muy generosa y que esta pasando.


Sencillo: a varios meses de haber sido entregada la camioneta, en un acto público al comandante de la dotación policial, entonces viene a salir que después de haber dicho y
requetedicho que ese vehículo era comprado con dinero del pueblo, todos suponíamos que ciertamente se había pagado en su totalidad producto del denominado telemaratón.
Ahora existe una orden de alguacil que en la agencia donde se compró la camioneta se intima al productor del espacio televisivo para que pague ciento sesenta mil pesos que le adeudan de un costo de trescientos sesenta mil como parte del precio acordado, ya que a la agencia le entregaron doscientos mil pesos.


Pero señores romanenses, ¿el pueblo no aportó lo suficiente para cubrir el costo de adquisición de ese vehículo? Pueblo de La Romana, algo grave está pasando. El dinero del
pueblo está siendo utilizado para otras cosas, muy ajenas a los telemaratones. Aquí los dueños de canales de television están en la obligación moral de suspender esta actividad en vista de todas las acciones que se han producido a través del tiempo.
Acciones de perversidad, de robo, de manipulaciones e incluso hasta de chantaje.Los romanenses deben parar de hacer donativos a todo aquel que se le ocurra hacer un telemaraton.
julio.perello317@hotmail.com



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