ARTÍCULO)) Conociendo a Tony Adames
""...tan trivial como humana...la vanidad de nuestros políticos..." (Max Weber).
Por Andy Omar Johnson/Artículo
Ultimo Minuto/Serie26
Aunque no es su obra cumbre, uno de los padres de la sociología, en el libro “La Política como Vocación”, el alemán Max Weber ensaya sobre las características que no pueden faltar en un político cuyo deseo sea servir a su nación.
El politólogo dominicano Flavio Darío Espinal lo resume de forma brillante en un artículo de septiembre del 2012 en la revista La Lupa, al tratar los elementos que deben adornar al estadista.
Espinal lo titula “Pasión y Mesura¨, extrayendo de la obra de Weber esas cualidades que junto a la ética de la responsabilidad debe siempre modelar un político de antes o de ahora.
De forma atrevida, quise adentrarme a esa obra una vez más, pero ahora agregando comparaciones a los perfiles del liderazgo municipal de La Romana.
La Pasión
Todo político, especialmente el buen estadista, debe tener tres cualidades que él calificó como “decisivamente importantes”.
Como dije anteriormente, el primer de esos elementos es la pasión. En su articulo, Espinal la define como la entrega a una causa, proyecto o visión.
Max dice qué significa esa pasión y que no debe nunca caer en “excitación estéril” y menos en "romanticismo de lo intelectualmente interesante”, como pasaba en muchos políticos rusos y literatos que confundían esa pasión.
El segundo elemento que debe tener el político y nunca olvidar es la “MESURA”, que se define como la capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder el recogimiento y la tranquilidad.
Según lo planteado por Espinal, es “el don para tomar distancia y perspectiva frente a las personas, los procesos y las circunstancias”.
“La pasión ardiente y la mesura frialdad deben coexistir en un político, y lograr que nunca una desplace la otra.
Es algo difícil, pero que muchos líderes han podido llevarlas consigo y conseguir no solo que lo procesos en su nación encaminen hacia el éxito bajo la base de la planificación y de los mejores intereses del estado, creando ese éxito no sobre el andamio del populismo por fruto de la emoción y la urgencia de dar repuesta a gente que espera decisiones rápidas por la gran deuda social acumulada.
La ética de la Responsabilidad
El tercer elemento citado por el renombrado politólogo, es la "Ética de la responsabilidad”. Esa es la que ordena tomar en cuenta las consecuencias previsibles de la propia acción, la cual es contraria a la “ética de la convicción”, que solo procura validar la justeza, la corrección y la superioridad moral del sujeto sin importar las consecuencias de las mismas.
Tanto en conferencias como en ensayos el alemán Weber definía a los políticos en dos clases: “Políticos profesionales y Políticos Ocasionales”.
Además, define las formas de convertir la política en una profesión: “Se vive para la política” o bien se vive de la política” . “De la política vive quien aspira a hacer de ella una fuente constante de ingresos; “para” la política vive quien no aspira a ello’’.
“El político trabaja en la obtención del poder como medio inevitable. El instinto de poder pertenece a cualidades normales. El pecado comienza cuando este afán deja de ser objetivo y se convierte en un objeto de pura embriaguez personal en lugar de quedar exclusivamente al servicio de la causa.
"No existe una distorsión mas funesta de la fuerza política que la del advenedizo que se vanagloria de su poder; o bien en términos generales, toda idolatría del poder como tal”.
El caso Tony Adames
Como vemos, de advenedizos está llena la clase política nuestra. El caso del ayuntamiento de La Romana con el alcalde Tony Adames, por ejemplo.
Sus acciones están única y exclusivamente apegadas a sus intereses personales y recrea en sus obras un culto a la personalidad.
Esto se observa en cada aparición pública, sus fotos, afiches, igual a portadas de disco de artista popular, son presentadas en sus empresas y oficinas municipales, sin olvidar lo más notable, sus acciones desde la alcaldía solo para el provecho propio y de su grupo.
El alcalde no entendió ni entenderá, por lo visto, el proceso que vive. Siendo una de las personas mejor valoradas por la población por sus acciones a favor de la sociedad desde su plataforma comunicacional, que le hizo merecer el respeto y la consideración de la sociedad, aceptó una candidatura que nunca pensó ganaría.
Por ende, nunca se preparó para ello. Al juramentarse se dejó arrastrar por su personalidad, no preparada para ocupar responsabilidad de la buena administración.
“De la política vive quien aspira a hacer de ella una fuente constante de ingresos; “para” la política vive quien no aspira a ello’’.
“El político tiene que dominar, dentro de si mismo, cada día y cada hora, a un enemigo demasiado humano y totalmente trivial: la muy vulgar vanidad, enemiga mortal de toda dedicación objetiva y de toda toma de distancia que en ese caso, implica el tomar distancia de uno mismo.
Mi buen y viejo amigo Tony, aún tiene tiempo de reparar y trabajar con pasión, mesura y apegado a la etica de la responsabilidad.
*El autor es político, comunicador y ambientalista en La Romana*
Contacto: andyomarjohnson@gmail.com